- Willian Blake -
Vivimos juntos y actuamos y reaccionamos los unos sobre los otros, pero siempre, en todas las circunstancias, estamos solos.
Los Martires entran en el circo tomados de la mano, pero son crucificados aisladamente. Abrazados, los amantes tratan desesperadamente de fusionar sus aislados extasis en un sola autotrascendencia, pero es en vano. Por sus misma naturaleza, cada espíritu con una encarnación está condenado a padecer y gozar en la soledad.
Las sensaciones, los sentimientos, las instituciones, imaginaciones y fantasias son siempre cosas privadas y, salvo por medio de símbolos y de segunda mano, incomunicables. Podemos formar un fondo común de información sobre experienias, pero no de las experiencias mismas. De la familia de la nación, cada grupo humano es una sociedad de universos - islas.
Huxley, Aldous (1977/2006). Las puertas de la percepción. Cielo e infierno. Barcelona: Edhasa, pág. 2.
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